Ardipithecus ramidus

 
Ardipithecus ramidus
Rango temporal: Plioceno
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Mammalia
Orden: Primates
Familia: Hominidae
Subfamilia: Homininae
Tribu: Hominini
Género: Ardipithecus
Especie: A. ramidus
White et al., 1994

Ardipithecus ramidus es una especie extinta de homínido, probablemente un hominino (primate bípedo) y quizá un ancestro del ser humano. "Ardi" significa suelo, "pithecus" en griego significa mono... y ramid es raíz, en la lengua (amhárico) del lugar (Etiopía) donde fueron encontrados los primeros restos. Ardipithecus ramidus es una especie de australopitecino de la región Afar, en la Etiopía del Plioceno temprano, hace 4,4 millones de años.

A diferencia de los homínidos modernos, A. ramidus presenta adaptaciones tanto para caminar sobre dos piernas (bipedismo) como para la vida en los árboles (arboralidad). Con todo, no habría sido ni tan eficiente en la bipedación como los humanos, ni en la arboralidad como los grandes simios no humanos. Su descubrimiento, junto con el de simios del Mioceno, ha modificado la interpretación académica respecto al último ancestro común de los chimpancés y los humanos, que ha pasado de la idea de que tal se parecía mucho a los chimpancés, orangutanes y gorilas actuales a la de que fue una criatura sin un análogo anatómico moderno.

La anatomía facial sugiere que los machos de A. ramidus eran menos agresivos que los chimpancés modernos, lo que se correlaciona con mayor cuidado parental y monogamia en primates. También se ha sugerido que fue uno de los primeros antepasados humanos en utilizar un proto-lenguaje, posiblemente capaz de vocalizar al mismo nivel que un bebé humano. Esto se basa en evidencia de arquitectura craneal, ángulo de base craneal y dimensiones del tracto vocal similares a los de los seres humanos, todos los cuales son pedomórficos en A. ramidus en comparación con los chimpancés y los bonobos. Esto sugiere que la tendencia hacia formas pedomórficas o juveniles, evidente en la evolución humana, puede haber comenzado con A. ramidus. Dadas estas características únicas, se ha argumentado que en A. ramidus podemos tener la primera evidencia de formas de comportamiento social similares a las humanas, socialidad mediada vocalmente, así como mayores niveles de prosocialidad a través del proceso de autodomesticación, todo lo cual parece estar asociado con los mismos cambios subyacentes en la arquitectura del cráneo. Los A. ramidus parecen haber habitado bosques y corredores de arbustos entre sabanas, y eran omnívoros generalizados.


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